“…Y los llevó a un monte alto a solas”

Del 20 al 26 de agosto un grupo de religiosos nos dimos cita en la población de Benagalbón (Málaga) en la casa “Villa Betania”, para participar en los Ejercicios Espirituales que, año tras año, se ha venido realizando allí. Los que respondieron a la llamada en esta ocasión fueron el padre José Oltra, el padre José Savall, el padre Joaquín Portaña, el padre Ángel García, el padre Javier López, fray Nestor Benavides y dos religiosos filipinos de la delegación Mártires Amigonianos: fray Mark Tobías y fray Stephen Maragañas.
Este encuentro espiritual y fraterno tuvo como objetivo primordial el “valorar y redescubrir el don de nuestra consagración religiosa, a la luz de la vida de nuestro Venerable Padre Fundador, como llamada a la creciente vivencia del misericordioso amor cristiano”, teniendo además como eje la conmemoración de los 25 años de la declaración de “Venerable” de nuestro padre fundador Luis Amigó.
Las jornadas de trabajo estuvieron animadas por el padre José Oltra en torno a los siguientes temas: El domingo 20 de agosto, Introducción y explicación de la dinámica de trabajo durante la semana de los Ejercicios; el lunes 21: Soy consagrado; el martes 22: Soy hijo de Dios; el miércoles 23: Zagal del Buen Pastor; el jueves 24: Al estilo de Luis Amigó; el viernes 25: En comunidad de vida amigoniana; y el sábado 26: Protegidos por Nuestra Madre.
Durante los momentos de reflexión, e iluminados por la Palabra de Dios, tuvimos la riqueza de compartir y escuchar algunas experiencias de vida de los hermanos y también la oportunidad de hacer relectura de nuestras Constituciones y de los textos amigonianos “Con Amor y Dolor” y “Un Hombre que fio de Dios”, sin dejar también de lado un espacio reservado al ejercicio de la Piedad Mariana.
Desde el inicio de cada jornada hasta finalizar el día, pudimos reafirmar en clave de fe que “el camino hacia el Padre pasa siempre por los hermanos”, puesto que “Dios está en cada uno de nuestros prójimos”, especialmente, en aquel que más necesita: “Misericordia quiero y no sacrificios” Mt 9, 13.
Por Fr. Nestor Benavides